Cubanos y vietnamitas gozan  de una hermandad excepcional, como pocas en el mundo.

Desde el siglo XIX esa fraternidad se sintió con Martí cuando en su cuento Un paseo por la tierra de los anamitas, nos caracterizó y enseñó a ese noble y esforzado pueblo.

La extraordinaria solidaridad creció más cuando, tras participar en Argel en la Cumbre de los No Alineados, Fidel visitó Vietnam el 12 de septiembre de 1973.

El pueblo vietnamita, en una colosal batalla contra el imperialismo yanqui, alcanzaría finalmente la victoria, y el Comandante en Jefe, en gesto de solidaridad militante, visitó la zona sur liberada por las Fuerzas Armadas de Liberación Popular de Vietnam.

Allí, Fidel alzó la honrosa bandera de la Patria de Ho Chi Minh y dio muestras de inclaudicable respaldo a ese pueblo.

Una hermosa solidaridad

Durante su visita a Vietnam en 1973, Fidel recorrió zonas devastadas por la metralla y las bombas lanzadas por las genocidas fuerzas imperialistas en esa nación.

Visitó también la casa de Ho Chi Minh, líder del pueblo vietnamita a quien no llegó a conocer, pues había fallecido en 1969, pero por el que sintió un afecto y admiración infinitos.

El Comandante en Jefe Fidel Castro fue el único jefe de Estado que recorrió zonas liberadas por los vietnamitas, y esa presencia profundizó más aún los lazos de hermandad y solidaridad entre ambos pueblos y gobiernos.

Recordamos la visita del líder histórico de la Revolución al país indochino hace 45, y ese hecho refuerza para siempre una hermandad sincera, y el compromiso de batallar juntos por el desarrollo y la paz.