Estados Unidos devuelve por estos días a la palestra el tema de los incidentes de salud, que alega afectan a diplomáticos de ese país en Cuba, los que califica de ataques pese a la falta de evidencias para respaldar dicha acusación.

Según el Departamento de Estado, una funcionaria norteamericana se convirtió en junio en el caso 25 de personas que presentan en la isla problemas de salud, atribuidos a sonidos capaces de provocar daños.

El gobierno cubano asegura que  la posición de Washington no ha cambiado, ya que sigue negando el acceso a las personas que reportaron afectaciones a su salud, a sus historias clínicas, a los galenos que las atendieron, y a las conclusiones médicas.

Asimismo, demanda a Estados Unidos un tratamiento responsable del tema, alejado de la manipulación política, y de la creación de condiciones para quienes promueven el retroceso en las relaciones bilaterales.