Comercializar productos que se han desarrollado en Cuba es uno de los fines de Arte en la Rampa. Foto: cubahora

La Habana, Cuba.- Comercializar productos que se han desarrollado en Cuba con un camino propio y que han logrado contrarrestar algunos diseños de mal gusto que proliferan en el mercado, es uno de los fines de Arte en la Rampa, bien consolidada en el capitalino Pabellón Cuba.

Pero la feria va más allá. Para el promotor cultural del área La Pérgola, Erik Chales, que desde hace cinco años observa el fenómeno desde su punto de mira, la familia cubana ha hecho de Arte en la Rampa un espacio habitual en el verano.

La gente tiene necesidad de la feria, la espera, viene y compra, a pesar de que los precios no son bajos, dice Eric Chales a la Revista Semanal y agrega: Muchos pasan por La Pérgola, preguntan sobre la programación y, o se quedan de inmediato, o cuando escuchan lo que está sucediendo toman una silla y disfrutan del espectáculo.

Feria para todos

Junto a la venta de gran diversidad de textiles, productos de orfebrería y cerámica, Arte en la Rampa ofrece, en La Pérgola, una programación que incluye Trova, los martes y los viernes; Jazz los jueves; y música campesina los domingos.

En conversación con la Revista Semanal, el promotor cultural de La Pérgola, Erik Chales, resalta la aceptación del espacio conducido por Renecito de la Cruz, los miércoles, en el cual actores populares conversan con el público.

Los sábados, en La Pérgola, Marianela Duflar organiza una descarga con música y humor, muy esperada, explica. Y en el Patio central, concluye, en las mañanas de los sábados y domingos se presentan espectáculos infantiles; mientras que a las seis de la tarde, todos los fines de semana, el espacio se abre para conciertos muy cálidos, por la cercanía que establece con los intérpretes.