La nueva denominación era el merecido premio a aquellas jornadas que por 12 años se repitieron una y otra vez.

Varias generaciones recuerdan hoy aquellos años cuando jóvenes de toda Cuba protagonizaron las transformaciones socioeconómicas que posibilitaron la proclamación de la Isla de la Juventud hace ya casi 40 años.

Han transcurrido 39 años, desde que Raúl Roa, entonces vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, hiciera público el acuerdo del parlamento cubano de cambiar el toponímico a la otrora Isla de Pinos.

La nueva denominación era el merecido premio a aquellas jornadas que por DOCE años se repitieron una y otra vez cuando a golpe de trabajo los diferentes contingentes otorgaron nueva imagen al devastador panorama que dejó en el territorio el huracán Alma.

El documental Una Isla en el tiempo sintetiza la hazaña y en la pantalla grande Malena, Verena, Ernesto, Avelino y Eloy, entre otros, se redescubrieron jóvenes en este reencuentro con el pasado.