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La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido. (Miguel de Cervantes)

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes Saavedra, trasciende los paradigmas literarios y se instituye como la obra cumbre de la literatura castellana y universal. Muchos son los méritos de esta obra, pero el autor lo que trata de proponer es un nuevo concepto de la vida y el hombre. Esta relación se da de manera increíble en toda la novela, en donde amo y escudero transitan por caminos insospechados, en los que piensan, sienten y actúan.

Muchos creadores han tenido como fuente de inspiración a esta novela, cuya influencia es posible percibirla en la literatura, las artes plásticas, la música, el cine, el teatro, etcétera. En Cuba existe una profunda y sostenida tradición de estudios cervantinos. Indefectiblemente, Cervantes y su Quijote están orgánicamente insertos en la cultura de la Isla, y se expresan e imbrican en todas sus esferas y niveles.

Ballet Don Quijote, excelente versión

Con el porte y la elegancia que caracteriza al Ballet Nacional de Cuba, se realizó este fin de semana, en La Habana, la brillante presentación de una de las piezas más interesantes y espléndidas del ballet mundial. Las funciones fueron protagonizadas por Dani Hernández, como Basilio, y Anette Delgado, como Kitri; así como Rafael Quenedit y Grettel Morejón, en los roles principales, los cuales estuvieron secundados por so­­­listas y el cuerpo de baile de la compañía.

La puesta en escena de Don Quijote, uno de los clásicos más gustados por el  público y la crítica, permitió que la compañía cubana mostrara su virtuosismo, así como su maravilloso aplomo y balance en el escenario.

El ballet Don Quijote, en la sala García Lor­ca del Gran Teatro de La Habana Ali­cia Alonso, con co­reografía de la Prima Ballerina Assoluta, dirección artístico-coreográfica de Marta Gar­cía y María Elena Llorente, sobre la original de Marius Petipa y la versión de Alexander Gorski, y con la música de Ludwig Minkus y libreto y diseños de Sal­va­dor Fernández, mostró un talentoso cuerpo de baile y una exquisitez en la representación.

Por ser un ballet creado a partir de la obra de Cervantes, intensamente vinculado a la cultura nacional cubana, Alicia Alonso dirigió un cuidadoso trabajo alrededor de la legitimidad de las referencias folclóricas en el aspecto coreográfico, persiguiendo la dignificación y el respeto de Don Quijote, personaje desgarbado y de adarga al brazo, símbolo del idioma castellano y de la cultura hispana. Igualmente Dulcinea y Sancho Panza están perfectamente encarnados.

Obra que engalana la sala García Lor­ca

En Don Quijote, una obra caracterizada como alegre y bien adaptada al hermoso clasicismo de la compañía cubana, los bailarines pusieron de relieve su destreza técnica con una espectacular puesta en escena. Dividida en tres actos, la pieza versa sobre el amor de dos jóvenes que por escasos recursos no adquieren el consentimiento para el noviazgo. Tras varias vicisitudes los enamorados deciden escapar y Don Quijote y su fiel escudero van tras ellos en defensa del amor.

Digna de grandes aplausos Don Quijote fue merecedor de los agasajos del público por su maestría, elegancia y exquisitez en el escenario.  Una vez más el profesionalismo del ballet cubano logró estremecer al auditorio, quienes agradecieron a los bailarines su puesta en escena.