La Habana, Cuba.- Con el fin de garantizar la preservación del líquido en armonía con el desarrollo económico y social, así como la adopción de medidas ante eventos derivados del cambio climático, el miércoles 14 de febrero entraron en vigor las normas relacionadas con las aguas terrestres que incluyen su ley y reglamentos.

Ese instrumento legal es fruto del surgimiento de la voluntad hidráulica, diseñada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que significó la ejecución de obras como presas, canales, y sistemas de riego.

La ley de aguas terrestres establece el uso racional del agua y su reutilización, y la gestión de reducción del riesgo de desastres y eventos hidrometeorológicos extremos.

En Cuba las lluvias constituyen la principal fuente de las aguas terrestres, recurso natural renovable y limitado, por lo que es necesario gestionar de manera integrada su empleo.

Enero, mes severamente húmedo

El primer mes del actual año cerró con un promedio nacional de precipitaciones de 112.1 mm, y se clasifica como severamente húmedo, aseguran datos del Boletín Hidrológico, publicación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

Entre los comportamientos regionales destacan Centro y Oriente, con los más significativos, en tanto Occidente tenía un acumulado no muy favorable.

Por su parte, los embalses del país almacenaban al cierre de enero el 84 por ciento de la capacidad total, volumen que representa 3 382 millones de metros cúbicos más que en igual fecha del pasado año.

De los reservorios que administra el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, apunta el boletín de ese organismo, 46 presentaban menos del cincuenta por ciento de llenado útil.